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Normalmente, las dietas occidentales modernas contienen solo un 15% de calorías Paleo, es decir, alimentos naturales no procesados y con un alto contenido nutritivo. Sin embargo, expertos de la página The Paleo Diet proponen revertir los valores, es decir, un 85% de productos Paleo y un 15% no Paleo. De esta forma, esta dieta seguirá proporcionando beneficios para la salud. Aunque este valor dependerá de cada persona, ya que posiblemente algunas no noten los resultados con esta regla y deben cambiarlo a un 90:10, aumentando la cantidad de productos Paleo a su alimentación.

Es más, se ha demostrado que los pacientes autoinmunes requieren el 100% para mantener reducida su enfermedad. En cualquier caso, el porcentaje dependerá de la persona y de su situación.


La regla del 85-15 es lo que denominamos el secreto para seguir fielmente los tres niveles de la dieta paleolítica. La mayoría de las personas ingieren unas veinte comidas a la semana, además de los tentempiés. Por consiguiente, tres comidas a la semana representan el 15 por ciento de tus comidas semanales.

  • En el nivel uno, puedes saltarte la dieta paleolítica hasta un 15 por ciento de las veces, incluyendo tres comidas libres a la semana.

  • En el nivel dos, puedes saltártela un 10 por ciento de las veces, con dos comidas libres a la semana.

  • En el nivel tres, puedes hacer una comida libre a la semana, lo que representa el 5 por ciento de tus comidas semanales.

Lo mejor de todo esto es que no tienes que renunciar por completo ni para siempre a tus alimentos favoritos.



La ansiedad es un problema cotidiano que padece mucha gente, a veces de forma severa y puntual y otras de manera frecuente. Dichas personas tienen preocupaciones y miedo fuertes, excesivos y persistentes. Al sufrirlo, se produce una sensación de agobio o tensión.

Existen una serie de alimentos que entran dentro de la lista de Paleo que pueden ayudar a controlar los síntomas de la ansiedad y el nerviosismo.

  • Chía: es rica en triptófano, un aminoácido esencial para la producción de serotonina, o lo que es lo mismo, la hormona de la felicidad. Ayuda a regular el sueño, mejorar el estado de ánimo y reduce la ansiedad. Además presenta propiedades antiinflamatorias.

  • Plátano: es una de las frutas más ricas en triptófano (también presente en los cítricos), aminoácido precursor de la serotonina y la melatonina (hormonas que regulan el estado de ánimo y el descanso). El plátano también nos aporta potasio, magnesio y vitamina B6.

  • Aguacate: contiene un alto contenido de fibra, ácido omega-3 y minerales. Debido a su riqueza en ácidos grasos, magnesio y vitaminas del grupo B, el aguacate es un excelente alimento regulador del sistema nervioso, por lo que está especialmente indicado en situaciones de estrés tanto físico como mental.

  • Lechuga: sus hojas contienen lactucina, un principio activo con propiedades tónicas y sedantes sobre el sistema nervioso. Ayuda a calmar los nervios, controlar las palpitaciones y a dormir mejor.

  • Huevo: son ricos en triptófano (sobre todo la yema), por lo que favorecen la producción de serotonina, conocida por su efecto relajante. Pero además, el triptófano también es imprescindible para la síntesis de melatonina, la hormona que ayuda a conciliar el sueño.

  • Papaya: esta fruta nos ayuda a limpiar y desintoxicar la sangra, es semi-laxante, refrescante, antioxidante, diurético, analgésico, relajante, cicatrizante y antinflamatorio.

  • Pescado azul: como las sardinas, el salmón o el atún son alimentos muy ricos en triptófano que facilitan el descanso. Las grasas que aportan son saludables y al cuerpo le dotan de energía.

  • Infusiones: aquilea, valeriana, tila, melisa, pasiflora, espino albar, flor de viña..., que además tienen una importante función hidratante.

Un estilo de vida saludable nos puede ayudar a controlar algunos problemas de salud y a afrontar pequeños retos de la vida diaria con otra perspectiva.


Si tienes alguna duda, recomendamos acudir a un especialista o a un psicólogo.


La dieta paleo, o también llamada dieta de la edad de piedra o del hombre de las cavernas, es un plan de alimentación que se basa en el consumo de alimentos de nuestros antepasados.

Suele contener carnes magras, verduras, pescados, frutas, frutos secos y semillas, es decir, alimentos que se podían obtener a través de la caza y la recolección. La paleodieta considera que dichos alimentos son los más adecuados, puesto que tienen un alto contenido en proteínas, vitaminas, antioxidantes y minerales que necesitan nuestro cuerpo. De esta forma, propone evitar los azúcares y los alimentos procesados en general, además de otros productos que se consideran saludables y que surgieron posteriormente como las legumbres, los cereales, los lácteos, etc.

El propósito de esta dieta es mejorar la salud, perder peso y controlar las enfermedades degenerativas como autoinmunidades, cardiovasculares, diabéticas o la obesidad.


¿Cuándo se habló de la dieta Paleo?


La dieta paleo no surge en el siglo XX, sino hace millones de años. Sin embargo, en los años 20 se empezó a hablar sobre esta alimentación. El dentista Weston Price investigó la salud bucal de las tribus de la actualidad, que era mejor, y el efecto negativo de la alimentación moderna en la salud.

En los años 70, el médico gastroenterólogo Walter L. Voegtlin ayudó a difundir la dieta paleolítica y sus beneficios a través de su libro The Stone Age Diet (La dieta de la Edad de Piedra).

Posteriormente, en 1985, los antropólogos Boyd Eaton y Melvin Konner de la Universidad de Emory publicaron un artículo titulado Nutrición paleolítica: una consideración de su naturaleza e implicaciones en la actualidad, que trataba sobre la alimentación de nuestros antepasados en el Paleolítico. En ese momento, la dieta Paleo tenía cierto reconocimiento en el mundo científico.

A finales de los años 80, el doctor Staffan Lindeberg hizo el estudio Kitava (una isla localizada en Papúa Nueva Guinea). En aquel lugar, aparentemente encontraron las últimas poblaciones del planeta que seguían la misma alimentación que nuestros antepasados en sus orígenes. En este estudio, explicó que la sociedad no estaba adaptada a nuestro entorno actual. Algo que defiende con el desarrollo de muchas enfermedades que han surgido a lo largo de los años como la obesidad, la diabetes, las enfermedades cardiovasculares, etc.


¿Para qué se utiliza?

La dieta paleo sirve para mejorar los hábitos de salud, aunque también se utiliza para el control de ciertas enfermedades como la celiaquía. Esta clase de personas no pueden comer alimentos que contengan gluten: trigo, cebada, centeno y otros cereales, pan, pasta, productos horneados, y algunas salsas y adobos. Por esta razón, esta dieta puede ser una alternativa para optimizar el estado de salud.





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